Moverse constantemente.
Risa nerviosa.
Rechinar los dientes.
Tics nerviosos.
Problemas sexuales.
Comer en exceso o dejar de hacerlo.
Beber o fumar con mayor frecuencia.
Dormir en exceso o sufrir de insomnio.
Etc.
Cuando nos damos cuenta de nuestro nivel de estrés, éste se incrementa.
Nos sentimos mal.
Tendemos a negarlo o a pensar que cualquiera estaría igual y es cierto.
Cualquier persona que esté estresado constantemente, presenta algunos de estos síntomas.
Pero sólo si reconocemos el problema y vemos como nos está facetando, podemos solucionarlo.
Factores antiestrés
Ahora bien, no todas las personas se enfrentan a situaciones estresantes de igual forma. Lo que para algunos es una situación estresante para otros puede que no lo sea. Esto se debe a ciertos factores como son:
• Actitud: Tiene que ver con la forma en que interpretamos la realidad que nos rodea, por lo que para alguien una situación puede ser percibida como demandante y amenazante mientras que para otra representa un reto interesante o una oportunidad de desarrollo.
• Bienestar físico: La mala alimentación y nutrición estresa al cuerpo y a la mente perjudicando en sobremanera a quien se encuentra en este estado. Una persona sometida a estrés requiere más nutrientes, vitaminas y minerales. Asimismo, la actividad física inadecuada puede provocar un estado estresante para el organismo.
• Redes de Apoyo: Somos seres sociales que necesitamos de los demás, y por lo tanto la mayoría de las personas requiere de alguien en sus vidas en quien confiar en un momento difícil. Cuando se carecen de redes de apoyo, las situaciones estresantes se hacen más difíciles de manejar.
• Oportunidades de relajación: Las actividades recreativas nos proporcionan espacios para liberar tensiones. Cuando una persona carece de intereses externos, pasatiempos o de un medio de relajación, es muy probable que no consiga manejar situaciones estresantes ya que no podrá descargar el estrés que le provocan.
De esta forma, se puede establecer que una persona que tiene actitudes negativas, estado de salud físico deficiente, falta de apoyo social y escasas oportunidades para relajarse, tiene altas probabilidades para experimentar con mayor ansiedad las situaciones estresantes.
Técnicas de control emocional contra el estrés
Existen técnicas básicas de control emocional para hacerle frente al estrés, y éstas pueden utilizarse antes, durante o después de un acontecimiento estresante.
1º Respiración profunda:
Esta técnica es muy fácil de aplicar y es útil para controlar las reacciones fisiológicas al enfrentar situaciones emocionalmente intensas.
- Inspira profundamente mientras cuentas mentalmente hasta 4
- Mantén la respiración mientras cuentas mentalmente hasta 4
- Suelta el aire mientras cuentas mentalmente hasta 8
2º Detención del pensamiento:
Esta técnica se centra en el control del pensamiento y para ponerla en práctica debes seguir los siguientes pasos:
- Cuando empieces a encontrarte incómodo, nervioso o alterado, préstale atención al tipo de pensamientos que estás teniendo, e identifiques todos aquellos con connotaciones negativas (centrados en el fracaso, el odio hacia otras personas, la culpa, etc.)
- Repite hacia ti mismo “¡Basta!”
- Sustituye esos pensamientos por otros más positivos
El problema de esta técnica es que se necesita cierta práctica para identificar los pensamientos negativos, así como para darles la vuelta y convertirlos en positivos.